jueves, 29 de agosto de 2013

Y mientras veía como tus robustos dedos se movían por el mástil con la agilidad de la más ligera pluma y con tanta precisión y  harmonia que parecía ser superior a todas y cada una de las sofisticadas máquinas creadas por el hombre, para crear tal cantidad de sonidos capaces de despertar miles de sensaciones, distintas unas de otras he recordado esos mismos dedos paseandose a sus hanchas por cada milímetro de mi piel. Acariciándome de una manera tan típicamente tuya y a la vez tan diferente e incluso única dependiendo la ocasión. Como me miras con esos ojos de niño travieso que ha robado un dulce de la tienda de chuches mientras me acaricias delicadamente pero contundente y yo con esa risita tan pícara y ese mordisqueo de labio nervioso y avergonzado te abrazo y te apretujo hacia mí como un grito silencioso para que sigas, para sentirme más cerca aún, tanto que se me olvide penser en el futuro y el pasado ni tansiquiera en el presente y perderme en un mar de sensaciones, todas y cada una creadas por tí, por tus manos, tus labios, por tus... Arrancandome suspiros y exprimiendo gemidos al igual que le arrancas esas melodías a la guitarra.
Esa lábia de tus letras para hablar de cualquier tema y yo sin prestar atención pues me desvanezco fantaseando con el cosquilleo de tus labios al usarla para susurrarme palabras que sean únicamente mías.

Y entre fantasías y recuerdos me evado soñando que de ahora en adelante siempre será casi perfecto, que con complicidad y sin reglas ni presiones podamos componer miles de momentos únicos, miles de distintas canciones, todas especiales, todas juntos y  con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.

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